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martes, 7 de agosto de 2012

PRIMERA PARTE: LA PAZ SOSTENIBLE

Mi vida es la de alguien que aprendió a andar con veinti tantos años, la de un ser que jamas tuvo el valor suficiente de manifestarse, que aprendió a ir por la vida despacito evitando las grandes alegrías contemplando como otros de su misma quinta se esfumaban siendo participes en el camino de la perdición, no soy apto para tomarme la vida con mi mano ya que siempre a existido en mi conciencia la voz de un ser implacable, alguien que me recuerda a mi padre cuando dicta sus firmes sentencias.
-Sigue tu camino no seas cretino, me decía.
Quizá sea un cretino, por incumplir sus veredictos sabios y elocuentes, pero aunque nunca hice caso al mensaje del viejo Garzon, mis oídos jamas dejaron de percibir las palabras camino y cretino y es que estas dos palabras han formado un poema lucido y armónico que define el transcurso de mi vida, este poema no habla de amor, aunque sus estructura y musicalidad nada tienen que envidiar a la primera etapa de Machado.Tampoco un poema épico diríamos mas bien que el conjunto de sus estrofas carecen por completo de sentido, y es que cuando en la vida uno a perdido, o no ha nacido con el don de la coherencia, podríamos decir que estamos absolutamente perdidos, habitando en el limbo allí donde se encuentran las almas que no van a ninguna parte, las que no conocen a dios ni al diablo.
Es cierto , en algun momento de mi vida me he perdido en el cruce de algún camino ya que es ahí donde uno suele en la mayoría de las ocasiones perder el rumbo. Yo en concreto me quede quieto, sin hacer nada con la boca abierta esperando a que alguna paloma anidase en ella. En ese cruce me petrifique al instante, hablo de la muerte de mi otra madre, por que yo tuve dos madres, la que me expulsó de sus entrañas como el que se libra de una carga monumental, a la que quise en los primeros años de mi infancia, a pesar de que falto muy poco para que me ahogase en aquel liquido amniótico.
Mi otra madre a pesar de no haber tenido el valor suficiente de engendrarme nunca me mato, me acepto tal y como era( absolutamente imperfecto).Ello no quiere decir que le guarde rencor a mi madre biológica sencillamente no la quise quizá si me hubiese dado un buen bofetón, hoy le tendría un cierto aprecio, por que los cachetes de la infancia, apremian a lo largo de la vida, yo no recibí cachetes ni a cambio caricias. 

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