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viernes, 17 de agosto de 2012

TERCERA PARTE LA PAZ SOSTENIBLE


-No son mis amigos, le dije, y no quiero que bromee mas con eso, no quiero oír hablar de ellos.
Me aterraba la sola idea de que viniesen a por mi como aquel día, no entendí jamas por que llevaron a cabo semejante acto tan atroz, no incumplí las putas normas sociales, que yo sepa no cometí ningún acto delictivo, no robe a nadie, ni siquiera ame.Tan solo miraba a la luna llena que en aquel día resplandecía, y con ella se iluminaron todos los edificios de los alrededores, nunca entenderé que tiene de malo mirar la luna sentarse en la hierva y quedarse quieto.
-Es que aquel día no eras tu, estabas como poseído, no se que te ocurrió-Me dijo mientras seguía tejiendo.
-¿ Que no era yo? ¿ es que acaso he dejado de ser yo en algún momento de mi vida? repentinamente reflexiono y caigo en la cuente de que en mas de una ocasión se me ha ido la cabeza, en esos momentos en los que me quedo quieto. Este tipo de situaciones me recuerdan a cuando yo era crío, en la época en la que todos sabemos vivir, soñar y hacernos preguntas existenciales.
-Perdone señora pero se equivoca usted, yo no soy ese del que habla, será alguien que se parezca a mi , y me confunde con ese otro ser.
la señora parece haber recuperado repentinamente la lucidez, se para y me mira con una complicidad casi maternal.
-¿Recuerdas el suceso de la otra noche?- Me pregunta.
-Si claro que lo recuerdo,como para olvidar lo, me han dejado cicatrices que no se me borraran en la vida, pero algún día me vengare de esos salvajes.
-Que gracioso, no entiendo como recuerdas el castigo y sin envargo,no eres capaz de recordar la falta que cometiste, has cometido el peor error que un ser humano puede llevar a cabo, es algo imperdonable.
-Oh, ¡ dios mío ! recuerdo que rompí algo de cristal,¿ Hice daño a alguien?.
-No se trata de eso, era solo un recipiente de cristal, una baratija, pero estabas como asustado no podías ni respirar, como si hubieses visto a un fantasma.
La insistencia de la señora empezó a preocuparme, hasta tal punto que empece a plantearme si tenía algún problema de memoria, ya que en esta ocasión no era capaz de recordar el motivo por el que fuí sometido a un castigo tan descomunal, pero empecé a tener a tener curiosidad por el acto del cual mi memoria era incapaz de relatarme y podrían volver a castigarme, por pecar sin darme cuenta, así que le pregunté:
-¿Estaba usted presente en el momento del acto?

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